Francia fue de menos a más y con total autoridad venció por 35-16 a Escocia en el Stade de France para así consagrarse campeón del Seis Naciones 2025, título que vuelve a conseguir después de tres años.
El primer tiempo fue un constante ida y vuelta en el que ninguno de los dos equipos negoció el dominio ni la intensidad. Así, con mucha verticalidad y capacidad para encontrar y generar espacios, las dos defensas tuvieron que trabajar insistentemente para contrarrestar los enviones rivales desde el inicio del partido hasta el descanso.
Thomas Ramos, de penal, y Yoram Moefana, con su try, rompieron el 0 y no demoraron en poner en ventaja a Francia. Además, en el medio, Jamie Ritchie se fue amonestado en la visita. No obstante, cuando parecía que el dueño de casa podía empezar a alejarse en el marcador, una absurda infracción de Peato Mauvaka provocó que los dos equipos se queden momentáneamente con 14.
A partir de esa acción, en la que Finn Russell con una patada marcó los primeros puntos para Escocia, la historia tomó un giro radical y por varios momentos fue el Cardo quien controló la pelota en campo contrario y exigió al máximo a la defensa gala, hasta que, tras un nuevo penal de Ramos, Darcy Graham perforó el ingoal local para recortar aún más la diferencia.
Así, ya sobre el cierre de la primera parte, y pese a que Francia respondió muy bien la mayoría de las veces en su fondo, Jean-Baptiste Gros fue sancionado con tarjeta amarilla por una nueva infracción en la disputa de la pelota, a través de lo cual Russell estableció en 13 el empate parcial, aunque casi inmediatamente después, otra patada de Ramos hizo que los hombres de Fabien Galthié se vayan ganando por tres al descanso.
En el complemento, de entrada, un error del apertura escocés, quien con las manos estuvo errático en varias oportunidades, derivó en el contraataque y la posterior conquista de Louis Bielle-Biarrey. Esto significó un quiebre absoluto en el desarrollo del encuentro, porque el ritmo bajó considerablemente, y los hombres de Gregor Townsend se quedaron un poco estancados en cuanto a profundidad y capacidad para avanzar.
Después, pese a un nuevo penal de Russell, al rato Thomas Ramos estiró nuevamente la ventaja de Les Bleus con un try, al que a la brevedad se le sumó el segundo de Moefana para que la ventaja llegue a ser de 35-16 a favor de Francia a falta de poco más de 15 minutos para el cierre.
Desde esa incidencia, y hasta el silbatazo final, el seleccionado galo se dedicó a enfriar el partido y cederle la pelota a Escocia, lo cual le salió a la perfección, porque, al estar bien parado, no volvieron a recibir puntos en contra, por lo que el tiempo se consumió y el título ya no volvió a estar en duda.
