
Nikola Jokic no se cansa de dejar detalles de superclase en la NBA. El astro serbio no solo cabalga hacia su tercer MVP de la competición, sino que mantiene el pulso de sus Denver Nuggets por hacerse con la primera plaza de la Conferencia Oeste. Los vigentes campeones de la liga siguen fuertes como antaño, y pocos se atreven a apostar ahora mismo en su contra. Y con razón viendo exhibiciones como la de anoche del pívot de Sombor.
Mientras muchos estaban prestando más atención al March Madness, el coloso de 29 años firmó uno de los pases del año en la liga estadounidense camino a una nueva victoria y el 22º triple-doble de su campaña. Con 30 puntos, 14 rebotes y 11 asistencias, el líder de los Nuggets fue demasiado para los Knicks, uno de los conjuntos más completos y defensivos del Este.
Concretamente, una asistencia demencial sobre Aaron Gordon dejó ojipláticos a los telespectadores y las gradas. También a los comentaristas televisivos. La nueva delicatessen de Jokic, un pase de espaldas y sin mirar a su compañero mientras recibía el dos contra uno, subrayó una vez más su juego de otro nivel en el seno de la competición. Él juega al baloncesto del futuro, crea algo nuevo con cada acción. ¡Qué visión de juego, qué precisión en el envío!
No fue el único pase de espaldas que repartió el serbio anoche, que también cazó de reojo a Michael Porter Jr. liberado en el triple y le mandó un pase para la diana de tres. Con el serbio a este nivel, difícil se antoja pararle los pies a los defensores de la corona, que a veces se aproximan a ese concepto del tiki-taka que popularizó en su momento el Barça de Pep Guardiola