22 March, 2025

J.J. Barea es uno de esos jugadores que dejó huella en la NBA a pesar de no contar con las mejores armas para hacerlo. Este puertorriqueño de 39 años, menudo base de 1,78 metros cargado de talento y descaro, vivió 14 temporadas en la mejor liga del mundo y fue miembro clave del equipo que levantó el único anillo de la historia de los Dallas Mavericks en 2011. El exjugador, que se estrenará en los banquillos esta temporada en su país natal, se retiró de forma definitiva hace un par de años después de un fugaz, intenso y movido capítulo en España con el Estudiantes.

Sobre su paso por Madrid reitera su ilusión por la oportunidad y el proyecto, que terminó mal cuando decidió abandonar el club al borde del descenso. En una entrevista con Mundo Deportivo, reitera ahora sus disculpas con la afición estudiantil, que desafortunadamente vivió en ese 2021 su primer descenso en toda la historia. “No quise causar ningún problema, me hubiera gustado terminar mejor”, asegura.

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El base puertorriqueño del Movistar Estudiantes, José Juan Barea, durante un partido de la Liga Endesa en 2021 EFE

Barea atiende a MD en el marco del partido que los Dallas Mavericks y los Oklahoma City Thunder juegan esta noche del sábado 10 de febrero en Movistar+ y NBA League Pass a partir de las 21:00h como parte de la iniciativa prime time del NBA Saturdays presentado por Experience Abu Dhabi. El choque entre Shai Gilgeous-Alexander y Luka Doncic, dos de los grandes candidatos al MVP esta campaña, da pie a una distendida conversación sobre el estado de la liga, su exequipo y su buen amigo y excompañero esloveno:

¿Sigue sorprendiéndose al ver jugar a Luka Doncic?

Sí, a ver… los números son impresionantes, pero de él ya no me sorprende nada. A él le gusta competir, y quiere ser el mejor jugador del mundo. Tiene la habilidad, el talento, el tamaño, todo lo que se necesita para jugar a baloncesto. Aunque no me pille por sorpresa, no quita que sea increíble lo que está haciendo.

Jugó con Dirk Nowitzki, con Luka, y lleva toda la vida compartiendo pista con grandes jugadores de enorme talento, ¿en qué categoría sitúa ahora mismo a Doncic?

Por talento, Luka Doncic está por encima de Dirk Nowitzki. Él era un trabajador incansable y tenía un tamaño impresionante, pero a nivel de talento Luka está por encima, tiene un poco de todo.

¿Cuál es la cualidad más infravalorada de Doncic?

Su conocimiento del juego es enorme, su inteligencia sobre la pista, el IQ, es muy grande. Para mí, lo más interesante es su voluntad de compartir con los compañeros. Le gusta hablar dentro del vestuario, generar química entre los jugadores, y es una virtud que le ayudará mucho en los año venideros.

Luka debe tener mucha paciencia, ver que el equipo hace todo lo posible para mejorar

El proceso hacia el anillo es largo y tortuoso, para nada sencillo, ¿cómo se convence a una superestrella para que mantenga la calma y la perspectiva dentro del proyecto?

Es muy buena pregunta. Luka debe tener mucha paciencia. Tiene que ver que el equipo hace todo lo posible para mejorar año tras año. Dallas es una franquicia donde siempre tratarán de mejorar el grupo cada año. A veces funcionará y otras no, pero creo que Luka está un buen lugar, para mí el mejor en la NBA, con una afición de primera. Yo espero que se quedé ahí hasta el final de su carrera.

Hemos visto un estallido anotador en la NBA estos últimos años. Doncic viene de meter 73, Embiid 70. ¿Por qué se da esta situación ahora?

El talento de los jugadores sigue subiendo todos los años. El ritmo de juego es impresionante. Se juega cada vez más rápido, es casi como un correcalles. Un tiro aquí y otro de inmediato al otro lado. Los jugadores tienen más posesiones, y un juego tan rápido no beneficia a las defensas precisamente. Todas estas evoluciones influyen en lo que estamos viendo.

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Luka Doncic y J.J. Barea discuten una jugada durante la burbuja de 2020 AP

¿Y no hay ninguna forma de mejorar las defensas?

Creo que se va ajustar a nivel normativo. Los árbitros permitirán más contacto en defensa, para ver si pueden contener mejor a los atacantes. Algo que no cambiará es que el talento de los jugadores en ataque seguirá incrementando, así que veremos dónde está el punto de equilibrio.

En el pasado era impensable que Estados Unidos se presentara a un Mundial o unos Juegos Olímpicos y no se colgaran el oro, ¿cómo ve el nivel del baloncesto NBA y FIBA a día de hoy?

En la NBA todo es más rápido, y la cancha más abierta. Allí todo el mundo es súper atlético, y los físicos imponentes. En el juego FIBA, ahora todos los equipos tienen también a jugadores de la NBA, algo que no ocurría en el pasado. Los jugadores europeos son muy buenos. Cuando se juntan los talentos de la NBA con los talentos FIBA, quizás juegan más bonito, tienen mayor química que los estadounidenses. Para mí, la única gran diferencia hoy es que el ritmo en la NBA sigue siendo mucho más rápido que en FIBA.

Para cerrar su trayectoria, pudo cumplir el sueño de jugar en España, ¿qué recuerdos tiene de esa etapa?

Fue muy rápido, pero era una experiencia que yo siempre quise tener. Con mi padre siempre lo habíamos planeado. Si no llegaba a la NBA, jugaría en España. Fue algo a última hora, y gracias a Dios pude vivir esa experiencia. En Madrid, en el Estudiantes, me trataron muy bien. No terminamos como quisimos, pero son cosas que pasan en el deporte.

“Quiero disculparme con la afición del Estudiantes por cómo terminó la cosa”

¿Qué pasó exactamente con ese final tan abrupto con el Estu?

Un cúmulo de cosas. Estábamos en época del covid, y mi familia no pudo ir a visitarme. Tengo tres hijos pequeños. Les echaba mucho de menos. También había asuntos de negocio que no estaban cuadrando bien. Cuando ya tocaba volver a casa, pararon la temporada otras dos semanas, y yo ya les dije que no podía más, que quería ir a ver a mi familia. Sabía que no terminaríamos bien, pero tuve que tomar una decisión por mí y mi familia. Me gustaría poder volver un día y agradecerles esa estancia, y quiero disculparme con la afición por cómo terminó la cosa. No quise causar ningún problema, me hubiera gustado terminar mejor.

Después de toda una vida en la NBA, ¿qué le impactó más de la experiencia en España?

Los partidos me encantaban. Fue una pena la pandemia, ya que no pudimos sentir toda la energía de una afición como la nuestra, sin duda de las mejores en España y Europa. Lo que se me hizo más difícil fue jugar solo una vez a la semana. Jugar un domingo y luego tener que entrenar toda la semana, buf. Eso se me hizo difícil, pero a su vez me gustó tener esa experiencia.

Para usted fue fácil esa transición, siempre complicada, de jugador profesional a exjugador?

Cuando salí de la NBA fueron dos años difíciles. Hubo ese año en España, luego otro en Puerto Rico. Se me atragantó un poco. Esa transición hasta parar de jugar de forma definitiva no es sencilla. Ahora, por suerte, ya estoy bien. Estoy contento, disfrutando de mi familia, y pronto empezaré como entrenador en mi país, así que ilusionado por abrir una nueva etapa.