
Aunque tiene unos cuantos capaces de ello, en los Clippers no hay jugadores que tengan que anotar 60 o más puntos. Tampoco hay enfados ni subidas de tono en público porque, incluso con tanto ego estelar en el vestuario, cada uno calla, hace su trabajo y de una impecable y hasta conmovedora como fue el caso anoche en la culminación final hasta ahora del conjunto angelino, que llegó a Boston un día después de jugar en Toronto y arrasó a los Celtics (96-115).
“Yo les digo la verdad a los jugadores y tienen que lidiar con ello”, comentaba a MD, el entrenador de los Clippers, Tyronn Lue, la noche anterior. “Ellos te pueden maldecir, pero al día siguiente vienen en plan “tenías razón”. Si son honestos consigo mismos, ellos lo entienden y lo toman. No tengo ningún problema haciendo esto”, añadía Lue, tan psicólogo como entrenador.
El conjunto angelino fue a hacer la demostración definitiva de que están preparados para lanzarse a la conquista por el anillo dejando sin argumentos a todos los escépticos que saltaron a los Clippers a la yugular después de la derrota por 37 puntos ante los Celtics con James Harden recién llegado. Ninguna prueba de algodón que devolvérsela de esta manera al mismo rival, que sigue siendo el equipo con mejor récord de la NBA.
Fue una noche ofuscada para James Harden, apenas 9 puntos con un 2/11 en tiros de campo tras celebrar en Toronto sus bodas de brillantes con los triples-dobles, 75 ya en su carrera. Tampoco anduvo fino Russell Westbrook, sólo 4 tantos desde el banquillo. Pero para eso hay más estrellas, para que cuando uno no tire el otro coja las riendas: 26 puntos para Kawhi Leonard y 17 para Paul George.
“Los chicos estaban motivados”, dijo Lue tras el partido. “Ellos vinieron a Los Ángeles y nos ganaron bien, así que los chicos estaban concentrados. Entendemos que era un back-to-back pero los chicos estaban concentrados y estaban listos para el desafío”, destacó el técnico que llevó a los Cavaliers de LeBron James y Kyrie Irving al anillo de 2016 tras coger al equipo a media temporada y remontar un 3-1 en las Finales por primera y hasta ahora única vez en la historia.
Por su parte, los Celtics tienen razones para preocuparse. Es un momento de dudas para los de Joe Mazzulla, dependientes en exceso de su acierto de tres -sólo un 25% desde el perímetro-, y de Kristaps Porzingis -lesionado-, mientras las dudas sobre el físico del letón crecen. Jayson Tatum cumplió con 21 puntos aunque no Jaylen Brown, apenas 8 tras un 3/13 en lanzamientos. No hay duda de que la derrota va a estimular más a unos Celtics que buscarán reforzar su segunda unidad antes del trade deadline, el 8 de febrero.
Ellos siguen liderando la NBA pero el equipo del momento es otro, estos Clippers en los que tan asimilado está que la felicidad es compartir. Y no hay mayor riqueza para alcanzar la fortuna del anillo.