LeBron James volvió a las canchas y, fiel a su estilo, dejó un mensaje directo para quienes cuestionaban su regreso. En su primer partido de la temporada número 23 en la NBA, el alero de Los Ángeles Lakers respondió dentro y fuera del parquet: victoria 140-125 ante Utah Jazz, 11 puntos, 12 asistencias y una presencia que cambió el ritmo del equipo.
James regresó a la alineación titular tras perderse los primeros 14 partidos por una ciática. En su vuelta, disputó 30 minutos y se mostró pleno emocionalmente. “Fue muy divertido estar ahí con los chicos. Ha sido duro mentalmente para mí. Desde que tenía nueve años, nunca me había perdido el comienzo de una temporada de baloncesto”, confesó.
El veterano explicó que este período fuera de acción lo puso a prueba en distintos niveles: “Pasar por todo eso a nivel físico, emocional y espiritual me puso a prueba. Mantuve la cabeza baja en el trabajo y en alto con fe. Eso me trajo a este punto hoy”.
LeBron también destacó la alegría que sintió en su retorno: “Probablemente me vieron sonriendo y hablando mucho en la cancha. Estar con esos chicos es muy divertido”.
Los Lakers habían tenido un sólido inicio de temporada sin su figura (récord 10-4), por lo que algunos analistas especularon con una posible complicación en la química del grupo. James respondió con fuerza: “Puedo integrarme con cualquiera. Ni siquiera entiendo por qué lo cuestionaron. ¿Qué les pasa a estas personas? Podría conectar enseguida con cualquiera”.
El cuatro veces campeón de la NBA aseguró que la cohesión del plantel está intacta: “No tengo que preocuparme por la química. Somos un grupo fantástico. Todos disfrutamos estar juntos, jugar para el otro y sacrificarnos”.
Con su presencia esta temporada, LeBron estableció un hito histórico: es el primer jugador en disputar 23 temporadas en la NBA, superando a Vince Carter, quien se retiró con 22. Un nuevo capítulo en una carrera iniciada en 2003 y que, a sus 40 años, sigue escribiéndose en lo más alto.
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