Franco Colapinto luchó hasta el final en el Gran Premio de Singapur, pero su esfuerzo no alcanzó para disimular las carencias del Alpine A525. El argentino finalizó 16º tras una estrategia fallida del equipo, que apostó por un plan diferente buscando sorprender en un circuito donde el auto francés sigue mostrando su debilidad.
“Vamos a hacer una estrategia un poco loca y a ver qué pasa”, había anticipado Colapinto antes de la carrera. Y así fue: Alpine decidió que el #43 largara con neumáticos blandos, intentando ganar posiciones en la salida. El arranque fue lo mejor del bonaerense, que logró superar a Lance Stroll, Gabriel Bortoleto y Yuki Tsunoda para ubicarse 13º.
Sin embargo, a partir de allí todo se complicó. El ritmo del Alpine fue insuficiente y el desgaste de las gomas lo obligó a entrar temprano a boxes. En lugar de montar neumáticos duros —como hicieron los demás pilotos con esa estrategia— el equipo optó por los medios, apostando al ingreso de un auto de seguridad que nunca apareció. La jugada salió mal: Colapinto debió completar 47 vueltas con ese compuesto y en las últimas vueltas su ritmo se desplomó.
“Una carrera muy frustrante. Le pongo mucha garra, pero no sale nada. Vamos muy despacio. Por momentos es inmanejable el auto”, lamentó el argentino tras cruzar la meta. En el tramo final fue superado fácilmente por Stroll, Albon y Lawson, quedando en la misma posición en la que había partido.
Aun así, Colapinto volvió a mostrar su competitividad interna dentro del equipo. Desde el GP de Hungría mantiene un nivel parejo con Pierre Gasly y lo venció en cuatro de las últimas cinco clasificaciones, un dato que refuerza sus credenciales de cara a 2026, cuando Flavio Briatore deba definir quién acompañará a Gasly en el nuevo proyecto de Alpine.
Por ahora, la escudería francesa atraviesa un año difícil. Briatore ya decidió enfocar todos los recursos en el desarrollo del monoplaza 2026, con la esperanza de volver a ser competitivo cuando entren en vigor las nuevas regulaciones técnicas. Mientras tanto, Colapinto sigue haciendo lo que puede: dar batalla con el peor auto de la parrilla y sostener su ilusión de consolidarse en la Fórmula 1.
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