Fernando de Pedro, médico, esposo y padre pergaminense, protagonizó una verdadera hazaña deportiva al completar los 101 kilómetros de la CCC, una de las competencias más prestigiosas del Ultra Trail Mont Blanc. Su historia comenzó en plena pandemia, cuando encontró en el running un refugio inesperado y una manera de reconectarse con la vida.
“Cuando se liberó un poquitito todo, lo único que se podía hacer era estar al aire libre, en solitario”, recuerda. Fue entonces cuando, junto a su amigo inseparable Diego Capriotti, comenzó a entrenar en los caminos rurales de Pergamino. Lo que nació como un pasatiempo pronto se transformó en una pasión que lo llevó a maratones de montaña, desafíos en Córdoba, la Patagonia y Ushuaia, e incluso al Cruce de los Andes, donde lograron un valioso segundo puesto.
De Pergamino a los Alpes
El gran sueño llegó con la posibilidad de correr la CCC del Ultra Trail Mont Blanc. Para ello, Fernando debió sumar puntos en competencias previas y fue en La Cumbrecita donde aseguró su lugar. Durante nueve meses siguió una preparación meticulosa guiada por el entrenador Ezequiel Pauluzak, entrenando en terrenos llanos como el famoso “puente de Cane”, donde simulaba ascensos alpinos junto a su compañero Diego.
El 29 de agosto de 2025, Fernando largó desde Courmayeur (Italia) y cruzó Suiza hasta llegar a Chamonix (Francia). Tras 20 horas y 50 minutos de carrera, bajo lluvia y con 6000 metros de desnivel positivo, completó la prueba en el puesto 757 de 2200 corredores y fue 67° en su categoría (45-49 años). “Fue una experiencia inolvidable. Lo deseaba, pero no sabía si se iba a poder dar. Quedé muy conforme con el resultado”, expresó emocionado.
Una conquista compartida
Más allá de los números, Fernando reconoce que este logro fue posible gracias al apoyo de su esposa María Fernanda Molinari, de su hija Bruna y de sus amigos. “Ellas fueron el motor de todo. Sin su apoyo, nada de esto hubiera sido posible”, asegura. También destaca la generosidad de corredores experimentados que lo guiaron en este camino.
Hoy, ya con la medalla de finisher en sus manos, piensa en nuevos horizontes: regresar a los Alpes, explorar carreras en Estados Unidos o Europa, o simplemente seguir disfrutando del trail como una celebración de la vida. “Este sueño no lo corrí solo”, afirma. Y es que cada amanecer de entrenamiento, cada zancada y cada gota de lluvia estuvieron sostenidos por la fuerza de la familia y la amistad.
La historia de Fernando de Pedro refleja el espíritu de superación y compañerismo que inspira al deporte local. Una vez más, Pergamino dice presente en el mundo gracias a la pasión y el esfuerzo de sus deportistas.
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Con información de El Tiempo – Foto Sportograf.com