Valentino Rossi, leyenda absoluta del motociclismo, volvió a deslumbrar con su carisma en una extensa entrevista con la edición italiana de Rolling Stone. A sus 45 años, el nueve veces campeón del mundo mantiene intacta su capacidad de análisis y repasó anécdotas, influencias y rasgos que definieron su incomparable trayectoria en el MotoGP.
El piloto italiano destacó que uno de sus grandes aportes fue modificar para siempre el ambiente del Mundial. “Yo traje un poco de juventud a las carreras de motos, fui el primer piloto moderno en el sentido de que a los 20 años ya estaba en 500cc”, aseguró. Para Rossi, su irrupción marcó una ruptura con un campeonato que todavía conservaba códigos más antiguos y un clima mucho menos profesionalizado.
En ese sentido, recordó cómo era el paddock antes de su llegada. “La moto era siempre una cosa de locos, pero había gente más adulta. Los pilotos siguen siendo una buena manada de locos, aunque ahora se ha vuelto todo mucho más profesional y a las nueve y media en el paddock no hay un alma viva. Al menos, antes siempre te encontrabas a alguien bebiendo una cerveza”, explicó. Una comparación que refleja cómo se transformó el espíritu de los fines de semana de Gran Premio.
Su admiración por Barry Sheene
Durante la charla, Rossi también dedicó un capítulo especial a Barry Sheene, una de sus grandes inspiraciones. Lo definió como “un piloto superavanzado y superestiloso”, un verdadero ícono que trascendía lo deportivo. “Venía a las carreras con el Rolls-Royce, era amigo de los Beatles y siempre estaba rodeado de mujeres estratosféricas. Era el James Hunt de las motos, pero para mí era mejor”, afirmó.
Incluso recordó una de sus excentricidades más famosas: “Barry mandó hacer en su mono Dainese un bolsillo para los cigarrillos, así si se caía podía ponerse a fumar mientras esperaba para volver al paddock”. Un ejemplo perfecto del personaje que Sheene representaba.
El origen de los cascos especiales, un sello Rossi
Rossi también habló de uno de los símbolos más recordados de su carrera: sus cascos especiales. Según el italiano, él fue pionero en una tendencia que hoy se ve en pilotos de MotoGP y también en la Fórmula 1. “Es una cosa que puedo decir que casi inventé yo y que ahora hacen todos, incluso en la F1. Le dedicábamos mucho tiempo y teníamos muchas reglas supersticiosas”, contó.
Además, reveló las tensiones que esa creatividad generaba con los patrocinadores: “Las marcas querían el casco por adelantado para dar el ok, pero llegábamos tan tarde que no tenían más opción”. Una muestra del nivel de detalle y dedicación que Rossi ponía en cada diseño.
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