La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) analiza una medida que podría cambiar la historia del certamen más importante del continente: disputar la final de la Copa Libertadores fuera de Sudamérica. Según confirmó Juan Emilio Roa, director comercial del organismo, la propuesta forma parte de un plan más amplio para internacionalizar la marca y aumentar el interés global por el torneo.

“Esto forma parte de las cosas que debemos hacer para aumentar el interés, por lo que estamos trabajando en una combinación de iniciativas para que crezca fuera de Sudamérica”, explicó Roa en diálogo con The Athletic. Desde la Conmebol aclararon que las declaraciones surgieron en un contexto informal, sin relación con decisiones actuales ni con planes inmediatos.

La edición 2025 de la Copa Libertadores tendrá su definición el 29 de noviembre en el Estadio Monumental de Lima, donde se enfrentarán Palmeiras y Flamengo. Sin embargo, el futuro podría traer un cambio histórico: sería la primera vez que la gran final se juegue fuera del continente de forma planificada desde la creación del torneo en 1960.

El antecedente más recordado data de 2018, cuando la revancha de la final entre River y Boca se trasladó al Estadio Santiago Bernabéu en Madrid, debido a los incidentes previos ocurridos en Buenos Aires. Aquella experiencia, aunque excepcional, demostró la viabilidad de organizar un evento de esta magnitud fuera de Sudamérica y marcó un antes y un después en la organización de la competencia.

En línea con la tendencia global, la UEFA aprobó recientemente la posibilidad de que partidos de las ligas italiana y española se jueguen en el extranjero. De hecho, la Serie A prevé disputar un Milan vs. Como en Perth (Australia), mientras que La Liga planeaba llevar el Villarreal vs. Barcelona a Miami.

Roa explicó que la idea de la Conmebol apunta a “desarrollar una experiencia durante la final e intentar generar más historias sobre los jugadores y los clubes”. El objetivo es posicionar la Libertadores como una marca de alcance mundial, al nivel de la Champions League, con mayor proyección mediática, comercial y de audiencia.

Sin embargo, la posible mudanza de la final reabre el debate sobre la pérdida de identidad y el impacto en los hinchas. Desde que el formato cambió en 2019 para jugarse a partido único en sede neutral, muchos fanáticos señalaron las dificultades logísticas y los altos costos de traslado como factores que restan pasión y presencia en las tribunas.

El futuro de la Libertadores podría escribirse lejos de su tierra de origen. La Conmebol busca expansión global, pero el desafío será hacerlo sin perder la esencia que convirtió al torneo en una leyenda del fútbol sudamericano.

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