Imane Khelif, boxeadora argelina de 26 años y campeona olímpica en París 2024 en la categoría de 66 kilos, volvió a quedar en el centro de la polémica. La pugilista presentó un recurso ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en contra de la decisión de la World Boxing, que exige a los y las atletas someterse a un control de verificación de sexo para poder participar en el Mundial de Eindhoven, Países Bajos.

Khelif, que ya había enfrentado cuestionamientos en el Mundial 2023 por no superar los criterios de elegibilidad, solicitó al TAS que se revoque la medida y que se la declare “elegible” sin necesidad de realizarse ningún test para estar presente en los campeonatos mundiales de Liverpool, que se disputarán entre el 4 y el 14 de septiembre. Sin embargo, el organismo rechazó la apelación inicial hasta que se realice una audiencia formal.

La World Boxing, federación reconocida por el Comité Olímpico Internacional (COI) como autoridad organizadora del boxeo en los Juegos Olímpicos, implementó desde el 1 de julio una política inédita: la realización de pruebas genéticas para determinar el sexo biológico de quienes compitan en sus torneos. Según la entidad, la medida busca “garantizar la seguridad de todos los participantes y ofrecer igualdad de condiciones competitivas”.

Los controles consisten en una prueba PCR para detectar la presencia del gen SRY, ubicado en el cromosoma Y, que determina características masculinas. La muestra puede tomarse por vía oral, nasal, de saliva o de sangre. Esta disposición convirtió a World Boxing en la primera organización olímpica en aplicar este tipo de verificación.

El caso Khelif promete marcar un antes y un después en el debate sobre la elegibilidad de género en el deporte de alto rendimiento. La definición ahora dependerá de lo que resuelva el TAS en las próximas semanas, en un fallo que será clave de cara a la participación de la argelina en los certámenes internacionales.

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