
Estuvo varias veces con la soga al cuello, pero se soltó en el último suspiro como el mejor de los prestidigitadores. Muchas veces sometido por el adversario, recurrió a sus mil trucos para acabar fugándose por el camino que llevaba a la meta señalada, las semifinales del Masters 1000 ATP de Montecarlo.
Carlos Alcaraz, 21 años y nº 3 mundial, sobrevivió al empuje de la nueva sensación francesa, Arthur Fils, 20 años y nº 15, en un ‘partidazo’ descomunal. Venció por 4-6, 7-5 y 6-3 en 2h.24′, clasificándose para las semifinales de este sábado. Habrá finalista español porque se medirá a Alejandro Davidovich, que previamente había batido al australiano Alexei Popyrin por 6-3 y 6-2.
Pocos tenistas pueden mantener el trepidante ritmo de bola de Carlos Alcaraz. Uno de ellos, lo demostró con creces, es Arthur Fils, que avaló la cualidad con una jornada especialmente inspirada. Llevó al límite al murciano, cuya resistencia fue tan heroica como la remontada que firmó.
Estuvo abajo 4-6, 5-5 y 0-40. Tres bolas para que Fils tuviese 6-5 y saque para ‘match’. Situación límite en una Pista Rainiero III convertida en un cuadrilátero por la potencia de golpes y recursos. Un continuo toma y daca buscando el KOT ajeno. Alcaraz lo evitó con la magia de su raqueta, destilando lo mejor en cinco puntos seguidos para poner el 6-5 con un saque y dejada.
Él supo aguantar ‘in extremis’, no así Fils, que acusó moralmente esa reacción de Alcaraz, cediendo su saque y el segundo set, que rubricó el español con un globo supremo.
No acabó el sufrimiento de Alcaraz, que se vio abajo 1-3 en el tercer set. Nunca palideció. Anclado muchas veces en el fondo de la pista, desde donde restaba para ver mejor los misiles de su oponente, pero siempre con una actitud positiva, de confiar en que acabaría agotando a Arthur Fils, menos acostumbrado a una exigencia tan alta durante mucho tiempo, sin su experiencia pese a que sólo se lleven un año.
La labor de desgaste influyó en el desenlace favorable a un Alcaraz que concluyó con un brillante parcial de 4-0. Padeció pero triunfó. Un ejercicio de madurez, una exhibición de crack. Soportó las ‘bombas’ de Fils, lo asfixió cuando por fin logró doblegarlo.
Otro mensaje de Alcaraz a los que vienen por detrás. Seis partidos jugados contra rivales de menor edad, todos ganados.