
Carlos Alcaraz sonrió y levantó el brazo con el dedo índice de la mano izquierda apuntado al cielo. La genialidad merecía que el murciano se recrease en el que será el ‘puntazo’, o uno de ellos, del torneo ATP 500 de Rotterdam.
Asombró Alcaraz, aunque con él la sorpresa está garantizada. Le encanta improvisar sobre la marcha, inventar el golpe imposible si la acción lo demanda porque se halla en situación ‘in extremis’ o también si quiere divertirse un poco.
En este caso, todo se originó a partir de la necesidad. Dominaba el punto el italiano Andrea Vavassori. Alcaraz se estiró para devolver una primera bola muy complicada y se marchó rápido al otro lado, donde se pasó de frenada. Se dejó la bola atrás, pero la pegó de espalda a la carrera generando además un globo defensivo.
Smash de Vavassori, sorprendido ya por que la bola volviera. Quiso asegurar, le cayó el passing de revés de Alcaraz. Una maravilla.
¿Más inventiva de Carlos Alcaraz? No, formaba parte ya de su amplia gama de recursos, como recordó el US Open rescatando un golpe igual en su pistas. Que acabó asimismo a favor de Alcaraz.
“Hay situaciones que no puedes entrenar. Es improvisar un poco y que pase. Estoy también para entretener al público, que sea feliz. Que disfrute mis partidos. Pasó, está bien”, comentó sobre el punto Alcaraz.
El español, esta vez sin necesidad de echar mano de sus especiales dejadas, incluyó en la faena un globo perfecto, de mucha belleza plástica.
Arrolló, 6-2 y 6-1. Este viernes, más Alcaraz en Rotterdam. Contra Pedro Martínez o Holger Rune. Cuartos de final.