Hasta hace poco más de un año, el nombre de Leandro Román Augsburger, Leo Augsburger, era completamente desconocido para la mayoría de seguidores del mundo del pádel. Solo los más informados y seguramente el público argentino sabían de la existencia de este joven jugador nacido en la ciudad de Posadas, la capital de la provincia de Misiones, Argentina.
El posadeño debutó con tan solo 16 años en el circuito APT Pádel Tour –ahora A1 Pádel- y en previas argentinas de World Pádel Tour, sin embargo, fue en el circuito profesional de la AJPP donde causó un gran impacto, posicionándose como el mejor jugador de su país.
Pero Leo ha pasado pantallas de forma fugaz: de presentarse al mundo como una promesa de futuro en el Buenos Aires Máster del 2022 a ser una realidad del pádel actual a finales del 2023. Así lo muestran los resultados. A sus 19 años, Leo Augsburger –junto con su compañero Tino Libaak- ya ha disputado dos finales World Pádel Tour y se ha quedado a las puertas de entrar al Master Final.
Un año de crecimiento
El 2023 arrancaba con un cambio trascendental, un cambio de vida. Leo, al lado de sus compañeros del Team Nox, hacía las maletas para instalarse en España y arrancar su primera temporada lejos de su tierra y familia bajo la tutela de Pablo Crosetti –coordinador de la Nox Padel Academy-.
El inicio sería desde previas, en un primer Máster de Abu Dabi en el que no pudo acceder a cuadro. Pero en el segundo torneo de la temporada, Augsburger y Libaak, consiguieron algo inimaginable: clasificarse para la final de La Rioja Open. Perdieron por 1-6 y 0-6 ante Arturo Coello y Agustín Tapia, pero su primera final ya estaba ahí.
Desde entonces, Leo Augsburger se ha consolidado en WPT alcanzado una final más (México), tres cuartos de final (Paraguay, Marbella y Alemania) y 7 octavos de final. Solo 140 puntos le han apartado del Master Final de Barcelona.
Salir de la zona de confort para vivir nuevas experiencias
Durante el 2023, el proceso de adaptación de Leo Augsburger a la élite del pádel ha pasado por diferentes episodios que, más allá de los resultados, han dejado huella en su carrera.
Tras la gira por américa, Augsburger y Libaak separaron sus caminos para juntarse con nuevos compañeros con el objetivo de sumar nuevas experiencias y conocimientos a su juego. En el caso de Leo, que ya había disputado el Chile Open con Mike Yanguas, formó pareja con Javi Rico.
Con Rico, el posadeño no logró grandes éxitos como con Libaak, pero sirvió para seguir puliendo su pádel y consolidarse en el más alto nivel. Lo más destacado, unos cuartos de final en Marbella. Después, volvería con Tino para dos torneos que finalmente serían siete. O lo que es lo mismo, hasta terminar la temporada.
Pero más allá de probar y vivir como hizo con Rico en el contexto WPT, Augsburger quiso sumar nuevas experiencias con otros jugadores y circuitos. Primero fue en el Máster de Mónaco de A1 Pádel, donde se presentó por sorpresa de muchos y se proclamó campeón al lado de Alex Chozas. Después, en pruebas FIP Rise, donde sumó dos títulos más: el FIP Rise de Ceuta con Pablo Castillo y el FIP Rise de Rotterdam con Tino Libaak.
Precisamente, en el entorno FIP es donde Augsburger tiene los deberes pendientes. Su papel en Premier Padel no ha estado al nivel de WPT y el jugador argentino ocupa la posición 164 del ranking FIP, el ranking definitivo para el 2024. Antes de terminar la temporada, tendrán la gran oportunidad de mejorar la puntuación en el P1 de Milán.
Sin duda, Leo Augsburger ha vivido un año repleto de experiencias, dentro y fuera de las pistas, que le han llevado a mejorar en golpes, entendimiento del juego y fortaleza mental. Un jugador potente, protagonista de los mejores highlights, que tal y como dijo Arturo Coello tras ganar la final del Open de México, ilusiona al futuro: “Leo y Tino van a ganar muchos títulos. Y nos van a ganar muchísimo. Lo que les espera en el mundo del pádel será brutal.” “Hay Libaak-Augsburger para rato”, aseguró el mismo Leo en sus redes sociales tras culminar el torneo.