De jugar de lateral derecho con sus interminables 213 centímetros de altura a convertirse en una de las estrellas rutilantes del Barça que conquistó la legendaria Euroliga de 2010. Las líneas de hoy van dedicadas a Boniface N’Dong, un jugador que siempre quedará en el recuerdo de nuestra competición.
De crío era futbolista. Boniface N’Dong no tocó una pelota de baloncesto hasta los 13 años, cuando comenzó a combinar ambos deportes. Fue a los 16 cuando decidió centrarse únicamente en la canasta, en parte, gracias a su físico. No fue hasta los 21 años que decidió dar el paso a los Estados Unidos, tras unos años de formación en Senegal, donde empezó a estudiar Filosofía, su tercera opción para entrar a la Universidad. “Tenía una beca para ir a Louisville y Clemson, pero cuando me dijeron que tenía que estudiar cuatro años más lo descarté”, afirmó en una entrevista que concedió al Diario AS.
Boniface N’Dong tenía una gran facilidad para aprender idiomas. Hablaba hasta seis lenguas distintas. Como a Pete Mickeal, a él también le encantaba ir a pescar. Sus grandes pasiones eran la pesca -Cambrils, también su sitio favorito en su estancia en Barcelona- y la natación. Pese a su altura, era capaz de hacer travesías de hasta siete kilómetros nadando.
En 1999, Boniface no sería drafteado y pasaría a jugar en Alemania, país en el que fue nacionalizado. Holger Geschwindner, entrenador de Dirk Nowitzki, vio en él una oportunidad idónea para explotar a un jugador con un físico envidiable, con el objetivo de desarrollar todos los fundamentos posibles.
Su primera experiencia profesional fue en en el país alemán, de la mano de Bamberg Baskets, en 2002, después de jugar tres años en ligas menores. Tras ello, Boniface jugaría en el Dijon francés, donde logró explotar todo el trabajo previo. En las dos temporadas que estuvo, sus números aumentaron a los 13 puntos y 9 rebotes aproximados por encuentro. Asimismo, N’Dong participó en el All-Star de la Liga Francesa, tras dar un salto de calidad impresionante en su segunda campaña.
Los Clippers se fijaron en el joven jugador senegalés y decidieron darle una oportunidad. En 2005, Boniface N’Dong firma un contrato con la franquicia de Los Ángeles, pero no tiene mucha participación. El pívot juega 23 choques, anotando una media de 2,3 puntos y jugando 7 minutos por partido.
Internacional con la selección, fue en ese año cuando su país logró una de las mayores hazañas de la historia de Senegal, siendo finalista del Campeonato de África. Subrayó, por cierto, que el pescado en su país es buenísimo, como también lo comprobaría posteriormente en Málaga.
La puerta previa a su llegada a la Liga Endesa fue en Rúsia. Boniface N’Dong firmó en diciembre del 2006 con el Spartak de San Petersburgo. El senegalés fue el mejor jugador del equipo anotando cifras cercanas al doble-doble: 15,4 puntos y 9,6 rebotes por encuentro. Su impacto fue tan grande que el conjunto ruso pasó de estar en una difícil situación a jugar los play-offs por el título.
Esos números llamaron la atención en Málaga. Después de jugar el tercer partido de play-offs contra CSKA, Boniface N’Dong recibió la llamada de Sergio Scariolo, entonces entrenador de Unicaja. Al día siguiente, el pívot hizo las maletas rápido y viajó a Málaga para incorporarse a los playoffs de final de temporada.
En Unicaja estuvo dos años más, adaptándose a buen nivel a la competición española. El bueno de N’Dong, un reboteador e intimidador excelente para nuestra ACB, dejó grandes sensaciones en Málaga. Gozaba de una gran capacidad atlética, reboteaba con facilidad, taponaba, defendía bien y tenía buena mano, gracias a todos los recursos ofensivos que fue adaptando en sus últimas ligas.
Casi 10 puntos y 5 rebotes por encuentro en Unicaja le sirvieron al Barça para cerrar su incorporación. Boniface N’Dong, que tenía entonces ofertas del Real Madrid y el Khimki, declaró posteriormente que llegó al combinado catalán gracias a que el Barça fichó a Pete Mickeal. En el Barça compartió banquillo con los jugadores más emblemáticos que han pasado por el club: Lorbek, Ricky, Pete, Morris, Basile, Navarro…
Fueron tres años para el recuerdo. Individualmente, realizó tres grandes temporadas en el Barça. Compartió juego interior junto a piezas determinantes como Lorbek, Fran Vázquez, Pete Mickeal o Kosta Perovic y fue entrenado por Xavi Pascual. ‘Boni’, como le conocían sus compañeros, logró ganar dos Supercopas (2010, 2011), dos Copas del Rey (2010, 2011), una Liga Endesa (2011) y la histórica Euroliga del 2010.
En la temporada 2012-2013, Boniface N’Dong dejaba de defender la elástica azulgrana. El senegalés, que volvía a tener ofertas del Madrid y de Unicaja, recibió sobre la mesa un contrato irrechazable del Galatasaray, de más de un millón de euros netos por temporada. En Turquía coincidiría con su ex compañero en el Barça Jaka Lakovic.
Ese sería su último año como jugador. Después de haber contribuido recientemente en la conquista del título de liga con el Galatasaray, aportando cerca de los 9 puntos y 6 rebotes por encuentro, Boniface N’Dong anunciaba su retirada de las canchas a sus 35 años. Tras una larga y exitosa carrera, el pívot decía adiós a la práctica del baloncesto.
Histórico en Málaga, tanto de jugador como de entrenador
Tras su retirada, N’Dong fijó su residencia en Málaga, donde estaría dos años ayudando en Los Guindos a los más jóvenes a desarrollar sus recursos en la pintura. ‘Boni’ ficharía por el CB Marbella y se haría cargo del equipo cadete del cuadro costasoleño. En 2015, N’Dong se incorporaba al staff técnico de Unicaja haciendo trabajo específico con los jugadores interiores y como técnico asistente. El combinado andaluz sumaba a los banquillos mucha experiencia y sabiduría con el objetivo de ayudar a la plantilla a mejorar sus prestaciones.
En los banquillos de Unicaja estuvo cuatro temporadas consecutivas. Las tres primeras con Joan Plaza, en las que el club ganó la Eurocup en 2017, y el último curso, con Luis Casimiro. En 2019, el senegalés dejaba Unicaja y Germán Gabriel ocupaba su puesto en el club.
De querer ser lateral derecho a ganar un anillo en la NBA
El siguiente paso para Boniface fue nada más y nada menos que incorporarse al staff técnico de los Denver Nuggets. Como buen trotamundos, fijó en Colorado su nueva residencia y comenzó una nueva aventura en la NBA. Desde el año 2020 que ocupa el cargo de ‘player development’, puesto que ayuda a los jugadores a realizarles trabajo específico y situaciones reales de uno contra uno.
En Denver trabaja codo con codo con un tal Nikola Jokic, dos veces MVP de la competición. También con jugadores como Aaron Gordon, Jamal Murray o Micheal Porter Jr. La pasada campaña se proclamaron campeones de la NBA, lo que supone la mayor hazaña para Boniface desde que empezó su etapa en los banquillos.
A la vez, compatibilizando su trabajo en Denver, también ha estado en el staff técnico de diversas selecciones. Ídolo en su país, Boniface N’Dong fue escogido como seleccionador nacional de Senegal, similar caso a Scariolo con los Raptors y la selección española. Su contrato duró hasta julio del 2022.
La llamada del Mundial de 2023
Este último verano, además de conseguir el anillo con Denver, recibió la llamada de Jordi Fernández, seleccionador de Canadá y entonces vecino suyo en Denver. El trabajo que realizó con la selección canadiense en el Mundial fue de ‘scouting’, preparando los partidos como especialista en defensa. Canadá terminó en tercera posición en el Mundial, tras ganar a Estados Unidos en un último partido de infarto.
Boniface N’Dong no se ha alejado de las pistas. Ha mantenido su relación con el baloncesto y no ha dejado de aprender desde el banquillo. Ya suma tres años en la franquicia de Denver y todavía le quedan dos temporadas más de contrato. ‘Boni’ ha pasado de ser una estrella como jugador a ganar el anillo de la NBA como técnico ayudante.
Fuente: Mundo Deportivo