Desde que regresó a la Argentina, Agustín Canapino vive en primera mano la revolución que generó su primera temporada en la IndyCar. Distinciones institucionales, el cariño de la gente y el reconocimiento del público al que incluso no le gusta el automovilismo, pero siente orgullo que un argentino sea protagonista en la élite de un deporte como lo es la principal categoría de los Estados Unidos. Luego de confirmarse su continuidad para 2024, otra vez en el equipo Juncos Hollinger Racing, habló con Infobae sobre lo que dejó un año inolvidable.
Sus mejores resultados de Canapino en 2023 fueron los sendos puestos 12 en su bautismo, en Saint Petersburgo y en la segunda fecha corrida en Texas, en su estreno en un óvalo. Dañó poco el auto y los accidentes que tuvo fueron por esquivar a un rival ya chocado como en las 500 Millas de Indianápolis, donde llegó a ser tercero, el mejor puesto parcial de un argentino en la carrera más importante de los Estados Unidos, en la que hacía 83 años que un argentino no la largaba. Aquel 28 de mayo desertó a ocho vueltas del final en el óvalo más famoso del planeta.
Pero cabe recordar que Agustín, de 33 años, hizo su debut absoluto en un campeonato regular en esta clase de autos. Toda su campaña en la Argentina la corrió en coches con techo cuya máxima potencia era de 450 caballos y ganó 15 títulos nacionales (4 de TC, 2 de TC 2000, 7 de Top Race y 1 del TC Pista y la Copa Mégane). Pasó a manejar un monoplaza, es decir, un auto construido para correr, con 750 caballos de potencia y carga aerodinámica (alerones y otros aditamentos).
Otro punto para considerar es que en ocasiones llegó a superar en pista a su compañero de equipo, Callum Ilott (24 años), quien siempre corrió en monopostos, fue subcampeón de la Fórmula 2 (2020), integró la Ferrari Driver Academy y fue piloto de reserva de la Scuderia. En la última carrera el inglés lo tocó y lo perjudicó, ya que Canapino estaba peleando por un top cinco. Para 2024 el británico sería reemplazado por Romain Grosjean (nueve temporadas en F1).
Y también logró uno de los principales objetivos del equipo que fue terminar entre los 22 primeros del campeonato (se llama Leaders Circle), lo que le permitió al Juncos Hollinger Racing acceder al subsidio de 1,2 millones de dólares para el año venidero, que representa cerca del 10 por ciento del presupuesto total por un auto en una temporada. Pero en la próxima los costos se elevarán entre un 10 y un 20 por ciento por el cambio de motores, ya que se empezará a utilizar la tecnología híbrida con impulsores a combustión y eléctricos. Ese premio económico fue determinante para un equipo como el del argentino Ricardo Juncos, que no es de los más fuertes en lo económico.
-¿Qué análisis hacés de su primer año?
-Fue una gran aventura. Fue un gran acto de inconsciencia de Ricardo y mío. Cada uno desde su lado, fue muy riesgoso para ambos, pero terminó saliendo diez mil veces mejor de lo que todos esperábamos. Haber entrado en el Leader Circle y ser el único Rookie que lo logró fue muy importante. El equipo de Juncos lo logró y fue todo fantástico. Esto me llena de motivación porque, si esta fue la base, el inicio, insistiendo mucho en que hay que mantener los pies sobre la tierra, porque estamos compitiendo contra equipos y estructuras monstruosas, pero manteniendo los pies sobre la tierra, sin dudas que se puede seguir mejorando. Si así anduvimos el primer año del equipo con dos autos, mi primer año en monopostos y encima en IndyCar… Sin dudas que nos motiva a tener una evolución, sin pretender ninguna cosa loca, pero tener un año mejor del que tuvimos.
-¿Se puede luchar por un podio en 2024?
-Concretamente en Iowa 2 (hubo dos carreras) y en Laguna Seca peleamos por las carreras. Teníamos el ritmo para hacerlo. En Iowa 2 lamentablemente cuando intento atacar a Palou, después de pasar a Rosenqvist, me voy a lo sucio y toco el muro. Habíamos sido terceros en el Warm Up (prueba de los domingos a la mañana) y peleábamos por un podio en la carrera. Estaba octavo o noveno y con la estrategia que teníamos, si los pasaba a ambos, podía llegar al podio. De hecho, ellos terminaron tercero y cuarto. En Laguna Seca, lo que se vio. Peleamos por la carrera en todo momento. Estábamos líderes virtuales y cuartos en pista y los tres de adelante tenían que parar. Había superado a Palou. Si pasó este año, por qué no puede llegar a pasar el año que viene. Son carreras de autos. En esas carreras tuve un auto muy bueno que me permitió llegar a ahí. Parece muy loco porque es un equipo muy chico y peleamos contra otros muy grandes. Pero eso es lo que te permite la IndyCar. En la Fórmula 1 eso es imposible en cualquier equipo chico. Lo que te permite el reglamente de la IndyCar con la homologación aerodinámica es que podamos dar pelea en algún momento.
-Si bien estuviste en un proceso de aprendizaje, ¿en qué momento sentiste que cometiste un error importante?
-En varios. Tengo mucho que aprender todavía, pero siento que evolucioné un montón. Me queda mucho camino por recorrer. Pero le pude competir a mi compañero que es un piloto top a nivel mundial. Fue piloto Ferrari en la F1 (fue reserva). Siento que no estoy todavía a mi ciento por ciento. Recién hace un año que yo estaba probando por primera vez un auto de la categoría. Yo ni imaginaba poder correr algún día en la IndyCar. Solo hice una prueba, una exhibición y yo ya tocaba el cielo con las manos. Era totalmente imposible de soñar y de creer. No sé hasta dónde podré llegar el año que viene. La única garantía que puedo dar es que lo voy a intentar todo.
-¿Cómo es buscar el tiempo en una clasificación en un súper óvalo? ¿Qué se siente?
-Es imposible explicarlo. Mirá que me dedico al automovilismo desde hace muchos años. Miro carreras desde que tengo uso de razón y cuando anduve ahí adentro nunca vi algo parecido. Es una adrenalina, es un riesgo tan grande porque se va tan rápido con un paredón al lado, que es imposible explicar. Tenés que vivirlo en carne propia. Tomar un poco de consciencia de lo que es manejar un IndyCar en un súper óvalo es una sensación única e indescriptible.
-¿Cómo hiciste para en un par de meses tener un inglés que te permitió manejarte?
-Dedicarme, ponerme, como lo hice con todo. De hecho, es una de las cosas que más le sorprendió a Ricardo, porque él me vio sin hablar nada de inglés el año pasado y me ve hablando ahora y vio en carne propia la evolución. Que es lo que me pasó toda mi vida, porque yo tampoco hice karting, arranqué de un día para el otro en un Copa Mégane (auto de turismo) y a los cuatro años me tocó ser campeón de TC, el Top Race, estar ganando en TC 2000. No por elección sino porque la vida me trajo estos desafíos. No tengo ninguna receta mágica de nada, lo único que hago es ponerlo todo. Estoy 24×7 metiéndole duro. Podría haber aprendido inglés en mis 32 años de vida anteriores, pero nunca tuve la motivación para hacerlo como la tengo ahora. Casualmente termino esta nota y luego tengo una clase de inglés. Hago todo con mucha pasión, disciplina y sacrificio.
-¿Qué anécdota tenés de tu vida en Indianápolis?
-Cuando llegué hacía tanto frío que estaba todo congelado. Yo no sabía lo que era la nieve. En el segundo día en Indianápolis me bajé de la camioneta confiado y cuando me bajé casi me desnuco de la cantidad de hielo que había. Miré para arriba, vi que no me vio nadie y me metí dentro del departamento así que zafé. Después, cuando compramos la cama con Josefina, no entendíamos nada y no agarrábamos el inglés para nada. Nos vendieron la cama por partes y pensamos que iba a ser como en la Argentina. Teníamos la mitad de la cama. Cómo hacíamos para decirle al que nos vendió la cama que faltaban la mitad de las cosas y yo pensando en que me había cagado. Después vimos que allá se compra todo por partes y por suerte me ayudó Alejandro Juncos, el hermano de Ricardo que también es uno de mis mecánicos. Y ellos fueron a poner la cara, trajeron la otra parte de la cama y zafamos. Estuvimos durmiendo en un colchón una semana.
-¿En algún momento dijiste “largo todo y me vuelvo a Arrecifes”?
-Nunca lo pensé de verdad porque no lo voy a hacer hasta que me echen. No lo voy abandonar, no va conmigo por más mal que la estuviese pasando. Aparte porque todo me costaba muchísimo. No te voy a mentir, hubo días en los que estuve muy bajoneado, porque no me quería levantar de la cama porque me dolía todo el cuerpo, porque me daban nauseas porque me mareaba, porque veía que no podía. También porque me tuve que enfrentar a cosas desconocidas y muy extremas. Cuando tuve que ir a mi test en el óvalo de Texas, la pasé muy mal porque estaba muy asustado. Pero nunca lo abandonaría porque no va con mi forma de vivir el automovilismo.
-Con todo el entrenamiento, ¿cómo te cambió el físico este año?
-Bajé dos kilos y me cambió la masa corporal. Estaba bien, pero tuve que entrar en otro nivel. Todos los días estoy entrenando. No solo en el gimnasio porque también estoy arriba del karting o el simulador. Antes entrenaba tres veces por semana y cada tanto me comía algún panqueque con dulce de leche o algún asadito de más, ahora entreno todos los días. Ahora trato de evitar todos los gustos extras.
-¿Tuviste algún permitido en los Estados Unidos?
-Alguna cosita sí, tampoco es que no vivo. Pero no mucho porque el auto no te lo permite. Manejar un IndyCar es un infierno, un cohete y no podés subestimarlo en ningún momento.
Cada carrera de Canapino se hizo viral en las redes sociales y tuvo sus puntos más altos en las 500 Millas de Indianápolis y en la última fecha. El Titán de Arrecifes, siempre vinculado con Chevrolet, logró que los hinchas de otras marcas lo alienten, inclusive los del eterno rival, Ford.
-¿Qué sentiste que los hinchas de Ford que alentaran?
-Estoy viviendo una locura desde que llegué. Veo que las Indy500 y la última carrera las vivieron con mucha pasión. Me llena de felicidad. No puedo explicar las cosas que vivo en el día a día y me llena de motivación porque después del año que tuvimos se puede pensar en mejorar. Imaginate el día que ganemos una carrera si ese día llega, no me quiero imaginar lo que puede pasar, o quizá en unos años poder estar peleando un campeonato. Yo corro para eso, no para participar. Ojalá que puede seguir mejorando y si el equipo también lo hace podamos tener más alegrías. Siempre hay algún hater (que odia), eso no se puede evitar, pero me motiva para seguir adelante.
-¿Qué sentís cuando ves los elogios de los pilotos y dueños de equipos de la IndyCar?
–Es una utopía total. Es un montón todo. Sí me ha pasado que los que más valoran lo que hice son los pilotos, porque son los únicos que entienden lo que hice. Los demás no tienen idea ni cerca de la locura que hice, del esfuerzo que esto significa. Los pilotos saben de qué se trata. Más los pilotos que ahora ya no corren en la IndyCar de forma permanente como Tony Kanaan, que ahora corre en el Stock Car, que es más rápido que los autos de Argentina o parecido. Yo manejé toda mi vida eso y me fui a correr a la IndyCar y a los óvalos. En uno de los últimos relanzamientos en las Indy500 estaba en el puesto 15 con y atrás lo tenía Tony que corrió cientos de veces en los óvalos y ganó en Indianápolis. Por todas esas cosas él valora lo que hago porque sabe lo que significa.
-¿Cómo va a ayudar la alianza con Arrow McLaren?
-Va ayudar mucho. Por ahora es una alianza estratégica y comercial. Es una punta importante. Tener una alianza con McLaren luego un primer año con dos autos, y hasta dónde se puede llegar, no se sabe. Sé que McLaren no se asocia con cualquiera y no lo he visto hacerlo. Hoy tiene un buen presente en la Fórmula 1 y en la IndyCar. Que uno de los equipos más importantes del mundo elija asociarse con Ricardo es un gran síntoma y demostración de lo que puede dar el equipo Juncos Hollinger Racing.
-¿Hablaste con Ilott terminada la temporada?
-No hablamos. Quedó todo ahí. Y es algo que quedó ahí y para mí ya pasó.
-Suena Grosjean para ser tu compañero, ¿cómo lo ves?
-Es un tema que lo decidirá Ricardo y el equipo. Yo por ahora estoy enfocado en lo mío. Yo trabajaré para lo que me diga Ricardo y trabajaré para el equipo como lo hice este año y como lo voy a seguir haciendo.
-¿Por qué te ha costado tanto el TC en tu vuelta?
-Bueno, tampoco es que costó tanto. Estoy ahí entre el 10º, el 12º o el 15º. Es fácil, no es llegar y pretender ganar. Lo intenté, pensábamos que íbamos a andar mejor, pero el TC es una categoría difícil. Nos falta un poquito y para Rafaela (próximo fin de semana) encontramos algunas cosas en el auto, hicimos algunas correcciones que hacían falta para trabajar el fin de semana. Son cosas que tuvimos que resolver de un día para el otro y habitualmente se hace en un año de trabajo.
-¿En qué momento del año sentiste que estuvo tu mejor versión?
-En la última porque tuve el auto igual que en Iowa 2, donde pasé varios autos. Tuve la posibilidad de sentirme cómodo y superé por mucha diferencia a mi compañero de equipo. En la mayoría estuve siempre cerca, pero en esas carreras pude superar a Ilott, un tipo con tantos pergaminos con toda su experiencia. Parecía que era algo que no iba a pasar en toda mi vida, pero terminó pasando. Poder lograr eso y competirles a equipos top es una utopía y lo pude concretar. Si bien logré algunos top 15 o top 20, me faltó terminar cerca del podio. El objetivo para 2024 es mejorar lo de este año y ver si puedo entrar en alguna carrera en el top diez. Conseguir el Leader Circle, ese será el objetivo base.
-Hoy con perspectiva, ¿qué momento tomás como el más destacado en tu primer año?
-Todos, porque cada carrera que largué en la IndyCar para alguien que viene desde tan lejos, desde tan abajo, de un mundo tan diferente, obviamente que todo es un montón. Si tengo que elegir uno, puede ser mi primera carrera en Saint Petersburgo, mi primera carrera en un óvalo, peleando contra los grandes en un óvalo, en ambas terminé 12º. Las Indy500. La vuelta que pude liderar en Long Beach, que duró poquito. Y esa última carrera en Laguna Seca. Incluso en las que me fue mal tengo cosas para rescatar porque todo es una experiencia para mí.
-¿Cómo vislumbrás la tecnología híbrida que se viene?
-A la espera. No tengo mucha información porque todo está en desarrollo. Hasta que no se termine de desarrollar y vayamos a probar a fin de año no tendremos un panorama más claro. Aún no tengo mucho para decir porque sinceramente no sé cómo va a ser. Creo que la categoría no lo tiene con claridad porque aún lo está desarrollando.
-¿Cómo ves la próxima temporada de la IndyCar?
-Este año fue dominado por Ganassi y un Rookie como Marcus Armstrong estuvo en ese equipo y se lo peleamos igual. Pero el año que viene está la posibilidad de que sea diferente porque los autos van a cambiar, ya que serán más pesados por el motor híbrido. Algo va a cambiar. Es una categoría muy pareja. Me tocó clasificar 25º y estar dentro de un segundo. Los 27 pilotos que corren son muy buenos y hay equipos muy buenos. Eso es lo interesante que tiene la IndyCar, porque no sabés quién puede ganar en todo el año.
Fuente: Infobae