Sin Príncipes no habría Reyes. Sin Los Reyes no existirían Los Príncipes. La historia reciente del pádel se construye en torno a dos parejas que elevaron el nivel de este deporte a cotas nunca imaginadas y que tienen su eco en la nueva hornada que redimensiona el deporte de la pala mientras ellos se marchan para vivir una vida nueva y habitar en ese Hall Of Fame imaginario.
Sí, Juani Mieres y Pablo Lima fueron Los Príncipes, esa pareja que aunque muchos ya no se acuerden, aunque se intente teñir de blanco y negro lo que sucedía hace diez años, llevó al límite a aquellos que parecían no tenerlo. Juan y Bela, la mejor dupla de la historia, sufrió y mucho ante otro argentino y un brasileño que, melena, gorra o cinta en el pelo mediante, tenían poca pinta de llegar a ser parte de la realeza del pádel.
Pero vaya si lo fueron. Solo ellos podrán decir que llegaron al número uno cuando el reinado de Díaz y Belasteguín lo opacaba todo durante 12 años fuera PPT o WPT. Fue efímero, sí; se dio por un ajuste del calendario, también; pero nadie les podrá negar que el 11 de junio de 2014 un puñado de puntos -12- les permitió coronar la cima del pádel mundial durante unos días.
Nueve temporadas después de que se separaran, en apenas un mes y sin consenso alguno Mieres y Lima han colgado la pala cerrando de forma poética una historia que no admitía otro final posible. Es imposible entender a Pablo sin Juani, es inexplicable hablar de Juani sin asociar a Lima. Una leyenda que no tuvo reconocimiento público y que está en el debe del pádel, WPT y la FIP.
Mundo Deportivo ha podido reunir por última vez a dos jugadores emblemáticos para tener una charla sobre el pasado, presente y futuro; sobre las diferencias del éxito y el reconocimiento; y sobre su legado. El mismo que, de forma espontánea, deja patente la enorme cantidad de gente que se acerca al stand donde se realiza la entrevista en el Madrid Master porque, aunque moleste, el cariño de la gente sigue siendo el mayor de los premios.
Se acaba una era y ahora veréis el pádel desde otra perspectiva…
Lima: Cuando dejas de jugar, miras con otra perspectiva como decías. Me marcho contento de dónde está el pádel. Hay quien quiere comparar épocas, pero cada una tiene su momento.
Juani, es un año de retiradas y quizá tú, a diferencia de Pablo, has estado fuera de las pistas y has tenido tiempo para digerir el adiós, ¿has llegado a ser consciente ya de que esto se acabó?
Mieres: Soy consciente de que van pasando épocas y yo que tuve varias operaciones y no estuve tanto tiempo arriba como Pablo era obvio que no iba a tener la misma repercusión. Intenté seguir compitiendo, lo di todo y cuando no se puede, no se puede. Me voy contento porque no me guardé nada, pero jodido por las lesiones.
Esta es la última entrevista a Los Príncipes y, ahora, parece que el pádel empieza a perder la memoria y mucha de la gente que está esperando vuestras firmas solo os conoce por separado. ¿Cómo definiríais a Los Príncipes?
L: Los Príncipes marcamos una época por detrás de la mejor pareja de la historia que eran Los Reyes en una época muy difícil. Yo estoy muy orgulloso porque perdimos muchas finales y siempre salimos con el mismo entusiasmo.
Qué cambiaron Lima y Mieres
M: En cierta medida cambiamos un poco el pádel porque empezamos a jugar un poco más rápido, más agresivos y marcamos algo de tendencia.
¿Son Los Príncipes la segunda mejor pareja de la historia de este deporte?
M: No lo sé, yo me quedó con que hicimos un trabajo muy bueno. No tuvimos facilidades y peleamos mucho viniendo desde abajo. Con Pablito fue mi mejor momento deportivo e hicimos un esfuerzo muy grande los dos.
Pablo, comentabas que habíais sido la pareja dos por detrás de Juan y Bela, pero en junio de 2014 por un ajuste de puntos alcanzasteis el uno de WPT, nadie más lo ha hecho. ¿Crees que no se le ha dado el valor suficiente?
L: Recuerdo que la gente nos saludaba y no sabíamos porqué -se ríen los dos-. En ese momento estábamos tan enfocados en entrenar y competir que ni lo disfrutamos ni fuimos conscientes de la trascendencia que tuvo. Ahora, sí.
M: Fue en Badajoz y todos nos felicitaban y pensábamos que era por jugar primera ronda -se vuelven a reír ambos-. Quizá no tuvo tanta importancia por la repercusión mediática, las redes sociales eran otras…, si pasara ahora sería muy diferente.
¿De dónde sale el apodo de Los Príncipes?
M: Nos lo puso el uruguayo -recuerda pensando con nostalgia-.
L: Sí, sí, fue Óscar Solé.
¿Qué supuso tener un nombre propio? Antes no era habitual y, quizá, ahora sí estamos más familiarizados todos con los apodos, la imagen de marca…
L: Es que para que la gente lo entienda, no había retransmisión en los torneos, no se usaban casi las redes sociales…, era muy difícil tener un apodo y más que perdurara en el tiempo. Que tú te acuerdes, por ejemplo, habla de que sí hemos hecho una pareja de época.
¿Quiénes son Los Príncipes del pádel actual?
L: Menos mal que esta le toca a Juani, si me toca a mí… -se ríen los dos, cómplices, y hay que detener la entrevista para tomar aire-.
M: Es difícil porque nosotros jugamos seis o siete años juntos, arrancamos desde abajo, fuera de las ocho primeras, ganamos un torneo pronto a Juan y Bela…, ahora mismo es difícil porque hay constantemente cambios de parejas. Y, sinceramente, yo prefiero que no haya más Príncipes y seamos solo nosotros -se ríe-.
¿Se echa en falta la fidelidad, el respeto, el sentimiento de pertenencia en el pádel? Salvo Galán y Lebrón, ninguna pareja de arriba lleva jugando más de dos temporadas juntos.
L: El deporte ha crecido mucho y en nuestro momento no había tanta interferencia externa. Ahora hay manager, redes sociales, más de un entrenador… todo eso influye en que se toman decisiones más precipitadas y que, quizá, ni siquiera partan tu propia opinión. Nosotros nos lo hacíamos todo y, ahora, si estás cabreado vine tu manager, te calienta un poco la cabeza, te habla de las redes sociales y pasa lo que ya sabemos.
Juani, tú ahora convives con los jugadores desde el banquillo y tienes contacto directo con ellos. ¿Están cambiando los entornos este deporte?
M: Noto que están muy pendientes de las redes sociales, de lo que piensa el manager…, no quiero señalar a nadie, vaya por delante, pero hay quien intenta que cada jugador de la pareja sea de su misma academia y hacer, como digo yo, un trabajo sucio en la cabeza. Antes solo buscábamos competir y ganar y si salíamos en el periódico, mejor, pero estábamos juntos y a muerte. Ahora se piensa más en el qué dirán.
Los Reyes, Juan y Bela, tuvieron su homenaje a final de 2014, ¿echasteis en falta que también se hubiera hecho ese reconocimiento a Los Príncipes?
L: Creo que como nos separamos a la vez se juntó todo y perdimos un poco de visibilidad. Estaría bien que el pádel empezara a tener memoria porque si ni nosotros mismos nos respetamos, quién lo va a hacer. El pádel es el primero que se tiene que respetar para exigir que lo hagan los aficionados o los medios.
Todavía queda 2023 y estamos a tiempo…
L: ¿A quién se le pide?
A bote pronto se me ocurren WPT, FIP, Premier, PPA…
M: No nos gusta pedir, pero el reconocimiento nos lo hemos ganado. Si llega me haría mucha ilusión y me encantaría, si alguna empresa u organismo se anima a organizar una exhibición o algo similar, poder llegar a despedirme en pista con Pablito aunque sabe que va a tener que correr mucho -se ríe-.
¿Podríamos llegar a ver un último Lima-Mieres en pista este 2023?
L: Seguro que sí, nos haría ilusión. Pero que nos avisen tres semanas antes para poder prepararnos un poco -se ríen los dos-.
Cuando se hace una pregunta nuestra mente acude al recuerdo y proyecta una imagen y, al hablar de Los Príncipes, ¿a dónde viajamos?
L: Al primer torneo que ganamos en Madrid. Me acuerdo que no jugamos contra Bebe Auguste y Gaby Reca, que llovió…, ese torneo fue el que nos hizo darnos cuenta que podíamos hacer cosas grandes.
M: Me acuerdo de cuando Pablo venía en metro y yo pasaba a recogerle en coche a la parada, nos quedábamos en casa porque vivíamos lejos…, recuerdo que era un esfuerzo grande -dice con, sin darse cuenta, la voz algo entrecortada-.
L: ¿Te acuerdas la primera vez que fuimos al fisio? Pensábamos que era de pago y solo íbamos cuando estábamos lesionados y ellos nos decían que podíamos irnos a tratar -recuerda, riéndose-.
M: Claro, es que para nosotros el fisio era cuando estábamos rotos o solo por placer -se rién los dos- Bañera con hielo y a sufrir en casa.
Os hago la última, ¿cómo es la relación de Lima y Mieres fuera de pista? Hay distancia, existe amistad…
L: Entre nosotros dos nos llevamos bien y tenemos una personalidad fácil. Por mi parte tengo un gran cariño a Juani por todo lo vivido y solo tengo gratos recuerdos de él.
M: Pienso igual, de hecho me pasaba mucho cuando nos hemos enfrentado estos años que notaba que había una química diferente fruto de anécdotas, vivencias y recuerdos. No tenemos mucha comunicación, pero sí mucho cariño y siempre estará presente.
Se nota en la mirada de ambos un brillo que ha cambiado a medida que hemos avanzado en la entrevista. ¿Queréis aprovechar este momento para deciros algo el uno al otro que quizá no os habéis atrevido?
M: Ya no me puedes p**** por las dobles faltas, eh -se ríen los dos-.
Empieza tú, Pablo.
L: Solo puedo agradecerle todo. Juani cambió un poco el pádel y la gente no lo sabe, quizá ni él mismo. Mucho tiempo atrás él ya jugaba como se juega ahora y si he logrado lo que he logrado, gran parte se lo debo a él. El pádel le debe un reconocimiento y algo de memoria.
M: A Pablo siempre le agradeceré que me haya enseñado que se puede trabajar y luchar de una forma que no sabía para lograr los objetivos. Si me exigí al máximo fue porque me fijaba en él y a todos los jugadores jóvenes les digo que si quieren un ejemplo al que seguir que miren a Pablo porque es un trabajador nato y yo estoy muy orgulloso de él.