Novak Djokovic descansa estos días con el objetivo de cargar las pilas para encarar con garantías la recta final de una temporada excelente.
Lo hace tras ganar su 24º título de Grand Slam, un US Open que, además, le reportó un premio de 3 millones de dólares que se suman a la inmensa fortuna que el número 1 del mundo ha amasado en los últimos años gracias a sus excelentes resultados sobre la pista.
Sin embargo, la realidad es muy distinta para otros tenistas, que se las ven y se las desean para poder mantenerse a flote en el circuito, algo que indigna al propio Djokovic.
“Yo estuve en el lugar de todos esos tenistas que tienen serias dificultades económicas. Entiendo su lucha, sé de las dificultades que tendrán para pagar los viajes, los entrenadores, los fisioterapeutas. Si no dispones del respaldo de una federación fuerte tendrás grandes problemas” lamentó en un encuentro de la Asociación de Jugadores Profesionales.
“Yo vengo de Serbia y no tenía nada de eso. Ahora que tengo influencia y poder, quiero aprovecharlos para mejorar las condiciones. Solemos hablar mucho de lo que ganan los tenistas que han participado en el US Open, pero no de cuántas personas pueden vivir del tenis; hombres, mujeres, doblistas…” prosiguió Nole, que se mostró muy crítico con la ATP.
“Hay unos 400 tenistas que pueden vivir del tenis, lo cual es un dato muy pobre para un deporte tan global como el nuestro. Es un fracaso para el tenis” concluyó.
El tema de la precariedad en el tenis ha vuelto a ponerse sobre la mesa tras el comentario del indio Sumit Nagal, número 159 del ranking, que reflexionó sobre la vida que llevaban los jugadores de fuera del Top 100.
“Si miro mi dinero en el banco tengo lo que tenía a principios de año: 900 euros. Lo que estoy ganando lo estoy invirtiendo. Recibí un poco de ayuda, pero no tengo ningún gran patrocinador… No tengo nada ahorrado. Sólo me alcanza para mantenerme” fueron sus contundentes palabras que, parece, están haciendo reflexionar al mundo del tenis.
Fuente: Mundo Deportivo