A la primera oportunidad apuntan al título. Alejandra Salazar y Sofía Araújo ya merodean su primera opción de campeonato en el Finlandia Open apenas 15 días después de haber empezado a compartir proyecto.
Y es que la pareja hispanoportuguesa está inmersa en un periodo aún de acoplamiento, pero la calidad y esa pizca de suerte que todo inicio necesita les han permitido caminar sin presión, pero con ambición, hasta aspirar al primer torneo de la segunda parte de la temporada.
Un título, el de Finlandia, al que presentan candidatura tras haber logrado superar una primera semifinal del sábado muy al estilo de lo que, de momento, parecen poder ofrecer. Poco orden, anarquía, ímpetu y una especial predilección por hacer de los partidos un intercambio de golpes donde se sienten cómodas.
Fiel reflejo de ello sería el primer set. Con una propuesta poco jerárquica, Vero Virseda y Claudia Jensen asumían un escenario de juego que favorecía su pádel y que estuvo cerca, muy cerca, de abrir brecha en el marcador comenzada la primera manga. Pero no lo haría.
De un hipotético margen de tres juegos de ventaja se pasó a la igualada y, a partir de entonces, llegaría el intercambio. De roturas, contrabreaks y momentos. A cada parcial a la contra le sucedía la misma respuesta del lado contrario dibujando un divertido primer capítulo para el espectador y algo menos para jugadoras y entrenadores.
Todo apuntaba a la muerte súbita, pero la experiencia de Salazar mezclaría a la perfección con la valentía de Araújo para dar un nuevo golpe en el desenlace detonando el marcador y, sin saber, las opciones de sus rivales.
Porque del ida y vuelta, del tuya o mía, se pasaría al sentido único. La rotura in extremis de la pareja tres haría acusar el desgaste anímico y mental a la nueve que tras el décimo del juego encuentro no volvería a lograr subir uno nuevo al marcador.
De la igualdad al dominio imparcial. Del puedo al quiero. De lo que pudo ser a lo que sería. El segundo set sería la respuesta antagónica a una igualada primera manga que se resolvería por la vía rápida evidenciando que hay jugadoras que tienen ese algo que no se sabe explicar y que mucho tiene que ver con el trabajo.
Salazar y Araújo disparadas cerraban con el por tres de la portuguesa el 7-5 y 6-0 y su primera clasificación a una final como pareja permitiendo a la lusa, primero, acariciar su primer título como profesional en un gran escenario; y a la española, segundo, firmar su final número 85 que la sitúa como la jugadora con más domingos disputados igualando, además, a Belasteguín en la era World Pádel Tour.